Ya tenemos otro maratón en la buchaca, el maratón nocturno de Bilbao. Voy a contar un poquillo cómo fue la cosa, sin enrrollarme demasiado.
Tras las fotos de rigor con Nico, Gustavo y sus amigos nos despedimos de las animadoras y nos colocamos en la zona de salida, junto al Guggenheim. Somos 1600 valientes y empieza a caer el típico calabobos vasco. La salida, prevista para las 20:15 se retrasa, empezamos mal. Finalmente se da la salida, fuegos artificiales y mucho ambiente festivo. Gustavo se va a hacer su carrera y me quedo corriendo tranquilamente al lado de Nico.
Tras las fotos de rigor con Nico, Gustavo y sus amigos nos despedimos de las animadoras y nos colocamos en la zona de salida, junto al Guggenheim. Somos 1600 valientes y empieza a caer el típico calabobos vasco. La salida, prevista para las 20:15 se retrasa, empezamos mal. Finalmente se da la salida, fuegos artificiales y mucho ambiente festivo. Gustavo se va a hacer su carrera y me quedo corriendo tranquilamente al lado de Nico.
Los primeros kms son por Bilbao, vamos cómodos pero hace calor y no para de llover, así que casi sin querer estamos sudando como pollos, mal presagio. En cualquier caso vamos más rápido de lo esperado, por debajo de 5'/km, y no para de adelantarnos gente a diestro y siniestro ¡vaya nivelón hay en el País Vasco! Sobre el km 7 vemos a Laura, como siempre animadora incansable, y a partir de ahí se trata de coger la ría y tirar todo recto. Le digo a Nico que voy con muy buenas sensaciones pero no quiero forzar y él me dice que empieza a sentir molestias en un gemelo.
Los kms de la ría transcurren entre polígonos industriales y astilleros, sólo interrumpidos por los ánimos del público de los pueblos de Erandio y Leioa. A pesar de ser feo, yo esta parte del recorrido la disfruté muchísimo. Iba completamente concentrado y disfrutando de la soledad y de la oscuridad. Sobre el km 18 Pillamos un grupo bueno pero parece que a Nico le cuesta seguir el ritmo. Cuando estamos llegando a Getxo, Nico me dice que no puede más, tiene una contractura y lo tiene que dejar. Intento animarle pero enseguida me doy cuenta de que no hay nada que hacer. ¡A pensar en el próximo, crack! Intento olvidarme del abandono de Nico y centrarme en seguir pasándolo bien, al fin y al cabo esto es un happy marathon, ¿no?
El paso por Getxo, donde está la media maratón me encantó. Los polígonos se transforman en palacetes y chalets pijos y la peña del pueblo, familias enteras, está animando a saco. Paso la media en 1h47' pero ya sé que me va a caer la del pulpo porque las sensaciones no son nada buenas.
Con estas enfilo otra vez la ría hacia Bilbao, ahora sí que voy muy solo y en algunos tramos no se ve demasiado bien aunque por lo menos ha dejado de llover. Hay que tirar de coco y seguir corriendo, intentar no parar e ir quemando kms. Lo que pasa es que al llegar al km 30 me encuentro con que se les ha acabado el agua del avituallamiento, me entra un pequeño bajón y ando un rato mientras que recojo botellas del suelo para poder echarme algo al gaznate. Lo malo de parar una vez es que ya no tienes excusas para no parar más, así que a partir de aquí voy corriendo lo que puedo y andando de vez en cuando. Voy sufriendo mucho y disfrutando aún más. Sé que es difícil de explicar si no se ha pasado por esto, pero os aseguro que es posible tener ambas sensaciones a la vez.
En el km 33 llegamos a Bilbao y allí está Laura, esperándome bajo el Puente de Deusto. Me doy cuenta de lo jodido que voy porque se pone a correr a mi lado y puede seguirme sin dificultad ¡Gracias! Me despido de ella y a partir de aquí comienza un pequeño infierno. Se pone a llover otra vez, me entra frío y voy tiritando. A pesar de los ánimos del incansable público de Bilbao me cuesta muchísimo seguir corriendo. Voy con calambres y completamente agarrotado con lo que decido estirar un poco. En el km 36 se pasa al lado de la meta y me entra un poquillo de bajón pensando en lo que me queda. Como anécdota curiosa, cuando llego al avituallamiento del km 37'6 y pido agua, me dicen que se les ha acabado pero que puedo beber de una fuente que está 200m atrás ¡serán sinvergüenzas! Nada, esto hay que acabarlo sin agua.
Para acabar se vuelve a callejear por Bilbao. Ya es más de medianoche y la gente de loo bares flipa un poco al ver pasar el goteo de corredores delante de ellos. Echo un rápido cálculo y veo que sufriendo un poco podría bajar de 4h pero no quiero, no me lo merezco por lo mal que he preparado este maratón. Prefiero llegar a meta tranquilamente, saboreando los últimos instantes del maratón. Allí están esperándome Nico y Laura. 4h04' y otro maratón acabado. Estoy cansadísimo pero muy satisfecho. El maratón es un juez objetivo e implacable que pone a cada uno en su sitio, no hay forma de engañarle.
Ahora a descansar hasta enero, que la temporada ha sido muy larga.
¿El próximo maratón? Espero que el del ironman pero creo que hemos quedado que ese no cuenta....
Nos vemos
4 comentarios:
Pues nada, ya has superado otro reto. Parece que siempre hay gente que inventa cosas nuevas, ¿qué será lo próximo? ¿un maratón corriendo de espaldas?
Enhorabuena!!! el que sea Happy no le quita mérito
Enhorabuena de nuevo, veo que se te hizo algo largo pero al final volvistes a superar con exito este nuevo objetivo.
Me alegro un monton.
Haber si das mas vidilla al blog y cuentas tus entrenos,jejeje.
un saludo.
Qué grande.
Cuentas los maratones como el que cuenta una noche de juerga...enhorabuena por otra muesca más.
Coincido con Pope, dale más caña al blog, que si no publicas a menudo no creas hábito en tus ávidos lectores. ;)
¡Fantástico!. Esta vez la narración es un poco corta. Enrróllate más que estas cosas son de las pocas que en estos tiempos merece la pena leer.
De esta vez me quedo con el comentario sobre el abandono de Nico. Muy noble!
A seguir entrenando ...
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